Desde las entrañas del volcán

Desde las entrañas del volcán
Blog-experimento. Espacio onírico. Utopía en proceso de construcción. Soy comunicadora audiovisual, guionista, escritora, feminista, militante de lo colectivo, artista, activista, anticapitalista y hechicera de la revolución. Colaboro con varias publicaciones y me apunto a un bombardeo. Para propuestas amorosas y proyectos contacta conmigo: garcialopez.alejandra@gmail.com

martes, 4 de febrero de 2014

Transamorem



Contemplaba con fascinación, como quién acaba de descifrar el misterio de la muerte, el hilillo de sangre que nacía en su entrepierna, surcaba la cara interior de su muslo y descendía lentamente hasta acumularse en el revés de su rodilla. 

Adoro la lava, esa lengua de fuego que se esparce, magmática, en imprevisibles direcciones y engulle a su paso todo lo que toca. Hay en su rojo candente algo placenteramente destructivo. Hay en su paso lento, pero certero, algo oscuramente erótico. Lo que siento por ella es amor. Puro, libre, voluptuoso. Anhelo perderme en su espesura, en su cadencia, en su indomable pasión. Sé que nuestro romance es imposible y eso me causa impenetrable frustración. La busco en cada persona, pero no la encuentro. No encuentro en sus cuerpos, ni en sus mentes, ni siquiera en sus espíritus -si es que lo tienen-  el instinto salvaje y creador que ella posee. Algún día acabará por hacerme perder el control, lo sé. Seré como quién se hizo escritor por cantar a la naturaleza, pero tal es la atracción que siente, que acaba abandonándola para fundirse con ella.  Mi destino será el mismo que el de Empédocles…sólo que yo soy mujer.

La superficie virginal del mármol que hacía de suelo fue profanada por dos enormes coágulos de sangre menstrual que cayeron sobre él llenándolo, cual pintor que llena un lienzo en blanco. Sólo una imagen poderosa como ésta podía arrebatarla de sus estados de ensoñación. Se tumbó en el suelo boca abajo y, tras regocijarse al pensar que ni el frío jaspe podía mitigar su fuego interno, observó las diferentes texturas y matices de colores de aquellos cuajos. Los recogió con sus dedos, comprobó su elasticidad, se los acercó a la nariz y los olfateó. Olían a vida.


http://www.youtube.com/watch?v=OMiodX7pZ_w

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